Que las cosas están cambiando, en la sociedad y en la educación, en la primera década del siglo XXI es una
evidente realidad que no necesita muchos comentarios.
Cambia la familia, cambia la sociedad, cambian los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, el acceso a la cultura y la formación, cambias los roles sociales y, por supuesto, cambia el papel del profesor.